A Lola,
infinita amapola del jardín efímero.
En tu rostro, como si nada,
cuando adentro,
amanecen arrasadores
incendios de sangre
donde arboledas y frutos
afloran nuevos
a cada momento.
En tu rostro, como si nada,
cuando adentro,
una lluvia samaritana
aparta sus rumbos
de tu incendio
por no soliviantarlo
ni extinguirlo
sino extenderlo.
Tu rostro, amor,
como si nada,
va despacio,
reflejo del agua clara,
derramando del cielo baldío
sobre estas dunas fértiles
(desierto de la vida nuestra)
la pequeña muerte
desgranada en lágrimas,
un canto de un cisne,
un silencioso rocío.
Así, en la mitad del mundo,
como si nada,
brota esperanzada,
flor extraña de abiertos pétalos,
de la vida su principio.
En tu rostro, como si nada,
cuando adentro,
acaso en la clausura de tus ojos
sanan finales las orillas de las playas
y enferman de continuidad
los límites de los precipicios.
imagino que estos días el riego sanguíneo debe andar escaso por tu cerebro y pletórico en los bajos fondos y pese a todo -como si nada- te ha salido un buen poema. dime: la vida más lejana ya se reune en cada surco, de huella, de tacto, de vuestras pieles. mejor no digas nada.
ResponderEliminarabrazos, besos y ciao.
Ah, El Habla del Silencio... No sabes que buen vino para compartir, tete. Eso, un Rissotto, y una Lola y sobra el mundo.
EliminarBesos desde los bajos fondos.
He soñado que había una radio. Una niña revoltosa giraba la ruleta buscando una frecuencia. Antena hacia aquí, antena hacia allá... Todo era música. Es época de coger setas. Y ya. :)
ResponderEliminarYo he soñado que no hacía falta la radio. La niña revoltosa era la orquesta del Titanic y el agua del Pacífico era agua cálida donde los icebergs son daños fundidos.
EliminarDelicado...Me gustó especialmente lo de "enfermar de continuidad" como posible definición del amor...Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Vera. Enfermito de continuidad estoy. Ya soy eterno. Otro abrazo.
EliminarJuer creo que hasta la puñetera amapola que estoy dibujando desprende amor bidimensional!!
ResponderEliminarBonico, muy bonico.
Besos.
La que dibujaste ayer es absolutamente tridimensional, querida. Podía olerse...
EliminarBonica tú.
En los como si nada habitan los todo. Indiana Jones que genera envidia por relatar en bellisimas crónicas sus allazgos de míticos tesoros por todos anhelados.
ResponderEliminarGrande Chus grande