Si apagas esa bombilla, hijo, te cuento
que
el monito se esconde bajo la ropa que
huele a jabón,
así es capaz de decir la palabra
hombre y que suene a palabra
afuera del algodón,
el monito es heroico allá debajo de
la camisa guapa,
abajo del sombrero y la chula chaqueta
igual a otras chulas chaquetas,
el arte es una linda sábana que puede
tapar las ciénagas del mundo
(le han dicho las moscas que no
soportan el nauseabundo detergente),
a las moscas les gusta la ciénaga y
les gusta el negro culo del monito,
las moscas son sinceras como un mendigo
o un tío en metástasis,
pero el monito odia las moscas y su
ruido atmosférico y amargo,
las aparta bajo la ropa que huele a
jabón hasta que hay silencio
o hasta que el ruido de las alas y las
patas frotándose asquerosas
es tan monocorde y tan contínuo que el
monito se hace el sordo
abajo del algodón y dice equilibrio,
dice nirvana, dice soy.
El arte es una linda sábana que puede
tapar las ciénagas del mundo,
lo dicen las moscas y lo digo yo,
lo dice ese tenue
olor a hombres afuera de la ropa
y ese denso olor a mierda de abajo del
algodón
sincero como un mendigo, un tío en
metástasis
o un mono desnudo que habló mucho menos
que lo que sangró.
Si apagas esa bombilla, hijo, te cuento
que
a veces un escritor es un yonqui dando
explicaciones a su madre
pero no son todos malos, hijo,
sólo es que tienen miedo de ser noche en cuanto apague la luz.
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