yo quiero estar con vos para siempre
y que la muerte me deje por mentiroso
Todos los ciervos blancos se han muerto,
yacen destripados frente al lago calmo de la noche.
Niños silvestres mastican pequeñas bayas rojas
mientras se musitan deseos enseñando los dientes,
confeccionan con las vísceras de los ciervos
collares festivos al cuello y guirnaldas
de las que desciende una caricia de dedos de sangre
hasta sus sexos desnudos.
En la mitad de esa noche herida
vos sos la luz blanca de la cicatriz.
Me dicen lunático
porque dí mi corazón al ciervo blanco que huía.
Me dicen lunático porque a vos no la ví
y aún así sé pintarla en un cuaderno sin su ropa
lamiéndome la soledad.
Me dicen que en el jardín de un hombre
que no ha follado el milagro
no afloran vinos de agua ni peces de pan.
Me dicen.
Me dicen.
Estúpidos que no entendieron
que vos sos la agujita del pajar
que atraviesa el pie descalzo del ciego,
que no entendieron
que sos el sencillo tenedor de madera
en el sueño bonito de Tántalo.
No saben que yo ví en vos la belleza,
y que la belleza una vez vista
no pretende el loco poseerla
ni guardarla en su cajón de recortes,
tan sólo hacerse un rincón pegadito a su vera hipotética
a aullar y abrirse las muñecas a mordiscos,
pintarle a la muerte parasiempres de sangre en sus muros.
Esto es poesía de altos vuelos...Las imágenes son poderosísimas y la resolución, magistral.Joder Jesús,un efusivo abrazo,es un gran poema,amigo.
ResponderEliminarJoder, maestro, mil gracias. Te beso.
EliminarEtceterísima hipótesis canalla.
ResponderEliminarHasta que la muerte nos deje por mentirosos...(Me vengo cuestionando últimamente el tamaño de los post-its.)
Ay.
Ay, qué nos, mi capitana... Qué nos.
Eliminarme gustas más que Velaza y debes tener muy en cuenta esto que te digo.
ResponderEliminarenhorabuena Chus.
me siento muy afortunado de ser tu amigo.
Ahora te has pasado, pero como nos queremos tanto te lo entiendo.
EliminarEso sí, lo tengo muy en cuenta, y también me siento. joder, también me siento, David, bien que lo sabes.
Un beso.
Todo eso que no se espera ni se busca simplemente se encuentra.
ResponderEliminarTremendos los versos finales, se los lleva una pegaditos al alma.
Muchos besos Jesús
Nos dicen nos dicen, tan estupidos como curas hablando de amor, que digan que digan que prediquen al desierto.
ResponderEliminarEnorme poemon nen.
un beso inmenso con permiso de la parienta a partir de ahora.