lunes, 15 de octubre de 2012
primavera - presagio del eclipse y del crepúsculo
Hijo, ya te llevo en mí
como un presagio aprendido
del eclipse y del crepúsculo,
ufano aprendo
a relatar el constante oleaje,
el caleidoscopio de los tilos,
los aires y los daños
con frágiles palabras y hechos acerados
en el día luminoso.
En la noche luminosa
yérgome en cronista de lo que antecede,
para ofrecerte
un minucioso mapa en blanco
de los minutos en que nada pasa
para que sucedan siempre
siempre sucedan
sucedan siempre
tus pasos primeros.
Hija, ya te llevo en mí
como un futuro bueno
que recuerdo con ternura,
la vida ya espera en los cuartos para ser la vida mía
con lágrimas tuyas que serán lluvia tenue,
que fueron agua clara,
que son mojarse afuera al fin en el gran refugio.
Hijo mío, ya te llevo en mí
más que yo mismo,
traiga el vestido de sangre de tu cuerpo
a esta irrealidad desnuda
desgranado un mundo nuevo,
un mundo por fin mundo
por fin nuestro.
Hija mía, invirtamos los propósitos,
que soy yo tuyo más que tú de mí,
dé a luz
tu obligado nombre
a un padre libre sobre la ruina.
Seas hermosa y limpia como tú,
como el amor que siento.
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Esclavo de los hijos que no son tuyos. Centinela del suceso y del llanto de lágrimas blancas.
ResponderEliminarMe gustó esa familia caótica de pronombres poseídos, mucho.
Besos
Ser esclavo de uno mismo, Capitán, es de una libertad incontestable. Besos aún más besos. Muchas gracias.
EliminarEspectacular:
ResponderEliminarEn la noche luminosa
yérgome en cronista de lo que antecede,
para ofrecerte
un minucioso mapa en blanco
de los minutos en que nada pasa
para que sucedan siempre
siempre sucedan
sucedan siempre
tus pasos primeros
Ofrecerle a tu hijo un mapa de quietud donde la unica longitud y latitud a observar serán sus huellas.
Muy bueno, bello poema.
Un saludo
Muchas gracias, Juan José. A los hijos todo, supongo. Es más, estoy seguro.
Eliminardé a luz
ResponderEliminartu obligado nombre
a un padre libre sobre la ruina.
bellisimo. todo, pero eso... uf
como aquello de se viste de sol la luna y cantan los gitanos, que sepa usted que se lo robo, vaya que si se lo robo.
No puede uno robar lo que ya es suyo, padre. Vaya usted con Dios, pero vaya usted tarde muy tarde.
Eliminar"Hijo mío, un día deberías leer este poema para entender lo que siento", eso debería decirle.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Muchas gracias, TrasTera. Es un detalle muy bonito que digas eso. Por estas cosas mantengo el blog. Un abrazo sincero.
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