martes, 14 de mayo de 2013

latido


Hay atrás de aquí, allá donde tanto salgo a diario a salirme de todo, un callejón que hace mucho tiempo perdió su uso. Bajo un viejo farol sin su bombilla acallado, una corta acera de balsosas quebradizas y quebradas que termina su curso en un pequeño patio de tierra donde hoy crecen cenicientos los plataneros. Por entre el cemento, entre baldosa y baldosa gris, se abren camino pequeños brotes verdes y brillantes como imposibles aguas de desierto. No sé, mi niña, hoy quiero decirte tantas cosas cuando no estás aquí, ni atrás de aquí, sino tan lejos.

Esa preciosa hierba de esa quebrada acera que no va a ninguna parte. Cuando tomas mi mano en nuestro lecho cuando la luz se ha ido y sonríes, tan poco, pero sonríes.



4 comentarios:

  1. Impecable siempre, y con latido...Bico

    ResponderEliminar
  2. :) Esas últimas dos líneas me alegraron el viaje

    ResponderEliminar
  3. Decirte esto: que sería un lujo envejecer contigo y vivir nuestros últimos días como un par de viejos de mierda, sucios (me refiero sin bañarnos por meses), sentados uno frente al otro y al lado de una chimenea siempre apagada.

    Y que me contaras cómo nació este texto...

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. J.A.V. me pido ser corriente tronando en ese tu viejo farol acallado,no habrá bombilla, vale, pero sí chisporroteo de electricidad. Un abrazo y gracias por alegrarme esta madrugada.

    ResponderEliminar