jueves, 15 de noviembre de 2012

bululú



DRAMATIS PERSONAE:

Jesús Alcalde, pollopera, gorra, botas y gabán.
El padre Antero, cura al licor, ojos gordos.
Una hembra buena y limpia.


Acto I


Hace un frío agradable en la iglesia. A medida que voy dejando atrás los bancos pongo la vista en todos esos santos que cuelgan de las paredes, parecen tristes y absortos en la invisibilidad de los techos. La puertecita del confesionario grazna un ruido feo al abrirla y al cerrarse. Es hermosa esa privacidad que da su penumbra. El padre Antero descorre la cortina bruscamente y mira al suelo tras el mimbre.

-Ave María purísima.

-Sin pecado concebida.

Nos quedamos un rato en silencio. Escucho el ruido de los pasos que poco a poco van llenando el interior del edificio. Ruidos de tacones, botas, zapatos, deportivas, zapatillas, voces, bolsos. El padre Antero rompe la pausa.

-¿Y bien, hijo? Empieza ya con los pecados que me cierran el bar...

-Sí, sí, perdón, confieso que he pecado, padre.

-Venga, por ahí sí. ¿Cuál es tu pecado, hijo?

-Que los he escrito a todos, padre. Que ustedes no son. Que me los he inventado.- El padre Antero da un saltito detrás de la barrera.

-Cómo que te nos has inventado... ¿Inventar de inventar? O sea... No jodas.

-Sí, sí, que los he escrito yo, padre. Eso digo. Que me los he inventado.

-Coño. Me cago en Cristo. ¿A todos todos? ¿A los del pueblo, dices?¿También a Marcial Piñero?

-También a Marcial Piñero.

-¿Y a Andrés de la botica?

-También a Andrés.

-Hostias, ¿también a Clara Linares?

-Sí, sí... También a Clara Linares.

-La puta que te parió. También a Clara Linares...- El padre Antero se ha puesto pálido.

-Y a mí, claro está.

-Lo siento, padre.

-No, no... Deja, deja, no te apures. -Lo veo moverse inquieto tras el mimbre.- Pero vamos a ver, ¿por qué has hecho eso, alma de Dios? ¿tú sabes lo que has hecho?

-Pues no sé, padre, creo que es por la soledad, ya sabe. Un día, sin que uno casi ni advierta, ya ha enraizado tanto que va dando en el nervio ¿sabe? aquí atrás- me toco atrás del pescuezo- y aquí adelante - me toco el pecho- y aquí arriba- me toco el seso. -Es un dolorcillo agudo que primero va molestando y luego duele a morir y luego le deja a uno sin daños, ¿sabe?. No sé, es un poco complicado de explicar, pero el caso es que un día me puse delante de la pantalla y así, de a poco, los fui haciendo.

-Nos fue haciendo, dice el hijo puta... - Oigo balbuceos, un carraspeo y algo así como el ruido de una botella al abrirse.

-¿Diga, padre?

-Nada, nada... Sigue. - glugluglú- Te escucho.

No puedo seguir. De repente siento ese nudo conocido.

-Me cago en mi padre, ¿estás llorando?

-No, no.

-No los cojones. Estás llorando como un querubín. Pero vamos a ver... -glugluglú- Saca la cabeza afuera. Sí, sí, afuera. Mira al graderío. ¿Ves a la mujer del fondo, la del pañuelo? -glugluglú- ¿La que tiene los ojos canela, el pescuezo fino, largo y blanquecino coronado por un pañuelito de seda morado, la blusa semiabierta, los labios carnosos, el cabello a lo garçon, la nariz delicada y el semblante iluminado como si un milagro?

-Snif, sí. Sí la veo.

-¿A esa también?

-¿A esa también qué?

-Coño puta, ¿cómo que qué? me cago en San Botón, pues que si a esa también la has escrito tú, alma de cántaro... -glugluglú.

-S-sí, creo que sí. -rompo a llorar ya muy de niña.- Lo siento mucho, padre. De verdad, yo quisiese tanto que ustedes fueran... -Me caen dos velas como dos soles de los agujeros.- Es este desamparo padre, este abandono de las cosas... Lo siento tanto... ¿Cuál es mi castigo?

-¿Castigo? Tócate los huevos. Será posible la tontería, castigo dice... Qué castigo ni qué ocho cuartos. Tira para casa a escribir, bendito. Y no pares. -glugluglú- Que lo tuyo no es pecado, hijo puta, lo tuyo son puras ganas de ser. Y cuando salgas dile algo a la del pañuelito, que no deja de mirar hacia el confesionario... me da que esa zagala se te ha enamorao. -glugluglú.

14 comentarios:

  1. Ya está. Con este ya está.
    Qué te voy a decir, has escrito algo sabiduroso.
    Cuandon acabé el texto me di cuenta de una cosa. Que es el segundo relato tuyo que más me ha fascinado. El otro, no sé si recuerdas, yo sí, el otro era el de un tipo que mientras esperaba a su novia (o su esposa, no recuerdo ese detalle), bueno, mientras la esperaba se sentaba accidentalmente sobre un consolador, creo, y se le metía adentro justo cuando ella llegaba y ella le pregunta qué le pasa y él, con lagrimitas en los ojos, le dice "es que te quiero".
    Estos dos textos son, para mí, por lo menos, como la gloria.
    El padre Antero habla obscenidades en el confesionario. El padre Antero bebe y cree que nunca será libre. El padre Antero ¿ha podido confesar a al hermano David?. Porque al capi se lo ha visto afuera de la iglesia en un verdor que ni te explico y algo trama, sé, sabemos, que algo trama.

    Un abrazo Jesús, me ha encantado tu texto.
    Weón talentoso!

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    1. Lo recuerdo, Sarco. Alejandro Pérez se llamaba el santo varón, y el trasto no estraba accidentalmente, se lo entraba él mismo a las profundidades del culo en busca de la felicidad. Luego ya sí que la cosa entraba en drama al llegar la esposa y donde dije culo digo píloro y desembocadura del pescuezo...

      A mí también me gustó mucho aquel texto, querido amigo. Gracias por recordarlo.

      El hermano David no confiesa, es sólo que cuando relata con las piernas cruzaditas y la izquierda en el regazo parece arrepentido cuando lo que está es torradísimo.

      Otro abrazo, Sarco. Tú sí que eres talentoso, que menudo poemón el último, maldito...

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  2. Dueños de nuestros otros, metaliteratura, el Aleph, la pena.
    Y se reúnen en la casa del Creador a pedirle, a llorarle.
    He ido a llenar el cepillo. Las velas están todas puestas.
    Espero a la eucaristía para reflexionarte.
    Besos, que me gusta mucho.

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    1. Nuestros otros, Aleph, metaliteratura... ¿Qué haces el sábado?

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  3. jajajajaja que bueno! que suerte la tuya, a mi "mis monstruos" se presentan en forma de terribles pesadillas...
    Bueno, bueno.

    Besos.

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    1. ¿Tú no tendrías que estar dibujando? Sshhhhh, sin rechistar. Venga, al lío.

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  4. A la espectativa del segundo acto aun disfruto de esta fabulosa ida de pinza.
    Genial
    un besote nen

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  5. qué maravilla Chus, qué maravilla. gracias, no puedo decir otra cosa que gracias. no sabes, no tienes ni puta idea del regalazo que me acabas de hacer. da igual, yo qué sé, joder qué puta maravilla has escrito glugluglú.
    dios, mira que esto no lo hago nunca pero al terminar de leerte me he atado los cojones y le he puesto don velas a san david carradine.
    te amo.

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  6. Ohhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!
    sólo una cosa: ¿por qué teatro? llévalo al cine. Sería un corto perfecto. Yo cierro los ojos y lo veo, lo veo.

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    1. Pues ahí tienes tu corto, Marta. Muchísimas gracias por el oh, de corazón. Ha sido un perfecto halago. Besos.

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  7. a mí me tienes más enamorao que a la zagala. ojalá dios inventara como tú.

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    1. A Dios se le ocurriste, Antero. Dios es ya un autor inalcanzable para mí.

      Besos, querido. Yo también te amo.

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