miércoles, 7 de noviembre de 2012

ella salía de un cuarto desperezándose


La puerta del balcón mandaba morses al comedor vacío a causa de la ventolera. Qué vacías aquellas sillas del salón, la cocina, la parte de la entrada que podía divisarse desde el sofá a través de la puerta entreabierta, la televisión apagada, los tiestos, la ropa tendida... Había un reloj que segundeaba sonoro y desacompasado con el tamborileo aéreo de la terraza. Yo pensaba en todas las cosas y en ninguna con la boca llena de magdalena y los ojos llenos de sueño. Hay momentos en que el mundo se para así, de pronto, y a uno le parece que lo abandonaron. No sé, acaso nos abandonaron a todos en algún momento y el abandono comparece puntual cuando esas ventoleras en el balcón. El caso es que del cuarto salía ella desperezándose con los brazos muy arriba y tan guapísima ya de buena mañana, que uno pensaba que sólo iba a estar linda como ella a eso de las ocho bajando el bulevar cogida del brazo de uno con las luces de las tiendas pasándole por los labios como mágicos cometas pero no, resulta que también recién levantada con los pelos hechos trigo por la cara y desperezándose con los brazos muy arriba era capaz de llenarte de edén un comedor vacío, un balcón y hasta todas las putas calles de Barcelona. Cuando ella aparecía así de los cuartos yo no me sentía poeta ni abandonado, me sentía encontrado, me sentía ella. Qué sentimiento, qué buena locura... Y no había ni un jodido sitio de este tártaro de Dios que estuviera vacío. Ni siquiera aquí adentro como ahora.


15 comentarios:

  1. Las puertas de los balcones no hay que dejarlas abiertas, que entran moscas.
    No dejes que se escape la poesia, entonces sí que se queda uno vacío... a mí me dejas con el café frio.
    Muchos besos, Jesús. Es muuuuy bonito lo que has escrito.

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    1. Pues yo creo que hay que desear que escape la poesía y que entre algo de mundo. Yo ya no tengo ni frío ni calor.

      Muchos besos, Nagore. Es muuuuuy bonito verte por aquí a diario.

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  2. Has logrado transformar algo mundano y a veces hasta un pelín terrorífico, en algo bello. Me encanta.

    Besos.

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    1. Es curioso. A mí me parece más bien que algo que debería ser bello empieza a resultar ya un tanto terrorífico.

      En cualquier caso, Noirette, muchas gracias de corazón.

      PD. Qué bonitos los dibujos, niña. Qué talento tienes, te lo digo aquí también por halagarte y para que se sepa, que decía Serrat.

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  3. La puerta del balcón mandaba morses...ea.
    Amante del silencio condenado a escribir lo que no se dice, lo que ocurre que no pasa, la lencería intuida debajo del vestido.
    Palabras sin boca, prosa.

    Un soplido de besines

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    1. Voy a quedar de muy mal agradecido, Capitana, pero qué poco me gustan los besines, aún soplados con mimo. Preferiría que me tiraras besos, aún como piedras de una honda.

      Ya ves que hay cosas que no callo, querida. Besos.

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  4. No sé por qué me suena a hermosa canción...Un abrazo.

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  5. con este,escribiéndolo, te has quedado jodido, eh?
    grande tete.
    besos.

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    1. Con todos, tete. Pero con este más, sí... jajaja Cuánto cabrón. Un beso.

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  6. Nuestras mujeres en nuestros poemas son siempre hermosas.
    Nuestras cuartos en nuestras casas son un poco menos hermosos.
    Nuestras muecas en nuestras caras tienden a ser un poco siniestras.
    Nuestros pecados en nuestras almas son, francamente, insoportables.

    TU poema en MI óptica es una cosa....una cosa como...una cosa COMO DE CIELOS, Jesús.

    Abrz.

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    1. Nuestra amistad en MI óptica es de de lince, querido Sarco. Lo ve TODO, hasta a nosotros mismos.

      Un abrazo, amigo. Eres fundamental por aquí, ya lo sabes.

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  7. Tengo ganas de llorar y aun no tengo muy claro el por qué. Tengo claro que es por tu culpa y por lo que has escrito pero no vislumbro el motivo. Maldición como me enfurece no tener a quien gritarle un sinsentido lleno de mocos, lágrimas y pataleos.
    Gran escrito eso si, dejemos este punto claro.
    Un besote inmenso nen

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    1. A mí el punto que me gustaría dejar claro es que te quiero una barbaridad.
      También que si al final es culpa mía que tú llores me avises, que me corto las manos y le pego fuego a esto.

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  8. de una forma u otra, siempre estamos vacíos. a mí me pasa, incluso cuando soy feliz, las mínimas veces.

    bellísimo texto my chus.

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